FENOMENOLOGÍA

LA ESTRUCTURA TELEOLÓGICA DEL HOMBRE 

El hombre en su totalidad es un ser teleológico. Su estructura teleológica se revela ya en sus tendencias más primitivas, a saber, en los instintos. Husserl habla de un "yo-instinto", el ser humano tiene necesidades y de esas necesidades surgen los instintos, son impulsos ciegos que tienen una realización pero no tiene finalidad, es decir, el ser humano busca más y más haciendo que el instinto primitivo vaya cambiando para convertirse en una "tendencia". Gracias a este proceso el "yo-instinto" se convierte en un "yo-persona".

Husserl considera como "el fundamento teleológico" al primer contacto del hombre con el mundo, mediante las afecciones e impulsos más primitivos de su ser, a saber, mediante sus instintos. Son ellos los que determinan la realización del hombre, ya que, el conjunto de los instintos forma un sistema de disposiciones innatas necesarias para la realización del hombre y para  toda constitución que acepta este sistema.

- El "instinto de curiosidad", es la exploración del objeto.

- El "instinto de la conservación" es buscar la superación de ese objeto.

Para Husserl el objeto es esencialmente todo lo externo, todo lo existente.

El primado del instinto de la curiosidad, su carácter de "fundamento primitivo", le pertenece a doble título: en primer lugar, el hombre tiene un contacto inmediato con el mundo por medio de la experiencia sensible.

Mediante el instinto de conservación el hombre tiende hacia las cosas para construirlas en objetos útiles. Hay que tener en cuenta, que este instinto posee una teleología propia, gracias a la cual tiende no solamente hacia el mundo, sino también hacia una superación de sí en un orden más elevado. 

Finalmente, mediante el instinto sexual el hombre se orienta hacia los otros cuerpos para constituirlos en objetos de placeres y de amor. Así logra conservar la especie. Este instinto, de la misma manera que los otros, asume teleológicamente formas cada vez más perfectas, representadas por las "objetividades sociales".

TELEOLOGÍA DE LA RAZÓN "OBJETIVADA" 

El hombre ha sido considerado siempre como un animal racional, en cuanto a él le es dado juzgar de manera verdadera. El se siente requerido por la verdad y, en la misma medida en que responda a este llamado el se siente "verdadero".

Según Husserl, la razón teorética le permite al hombre llegar a una autocomprensión.

Pero cuando hablamos de teorético nos referimos al interés del hombre por conocerse así mismo. El hombre no siempre tiene la necesidad de llegar a la razón teorética. 

El instinto de conservación tan sólo motiva la aparición del interés teorético. La conservación propia exige ciertamente una adaptación del pensamiento a la naturaleza externa para juzgar las cosas, para prever el futuro, hallar las causas de los fenómenos, etc. 

En el instinto de la curiosidad encontramos una motivación del interés teorético, ya que como sabemos el instinto de la curiosidad se basa en la experiencia sensible y abierta a la naturaleza. En Experiencia y juicio Husserl llama a este instinto "el interés de la percepción", lo que considera como el primer síntoma del interés teorético. 

La motivación más importante es la toma de conciencia de la teleología de la razón. Arrojados en el mundo y en la historia, tenemos la experiencia de las ciencias como formas culturales que se han constituido a través de generaciones de sabios. Todas estas formas culturales son portadoras de una intención, de una teleología. 

Palabras claves:

- Intersubjetividad: Comprender a vida el otro.

- Autoconciencia: propia reflexión que tengo del mundo.

- Intencionalidad: Conocer.

-Alter-ego: meterse en un yo ajeno

-"Yo real"

-"Yo ajeno"